Vivienda de los años 50, con tipología constructiva similar a los antiguos monasterios. Un precioso claustro, puntales altos, pequeñas ventanas y estancias típicas del recogimiento religioso.
A principios del siglo XXI se decide reconvertirlo en vivienda unifamiliar adaptando cada espacio al ritual del día a día, manteniendo su arquitectura identificativa de su época constructiva.
A destacar, el muy bien logrado paisajismo, cuidadosamente estudiado, logrando integrar los espacios exteriores e interiores, recreando el frescor y el silencio de los orígenes del monasterio.